Asamblea en la carpintería

Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacía demasiado ruido! Y, además, se pasaba el tiempo golpeando.

El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.

Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.

Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.
En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble.

Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo: "Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos".

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto.

Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.

Ocurre lo mismo con los seres humanos. Observen y lo comprobarán. Cuando en una empresa el personal busca a menudo defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio, al tratar con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás, es cuando florecen los mejores logros humanos.

Es fácil encontrar defectos, cualquier tonto puede hacerlo, pero encontrar cualidades, eso es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos.

lunes, 5 de agosto de 2013


EL ÁGUILA

El águila es el ave de mayor longevidad de la especie.

Llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40, deberá tomar una seria y difícil decisión.

A los 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles, sin conseguir tomar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico, largo y puntiagudo se curva, apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas, y sus plumas, gruesas.
Volar se hace tan difícil !!

Entonces, el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar un dolorido proceso de renovación, que dura 150 días.

Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse
ahí en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar.
Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear con su
pico en la pared hasta conseguir arrancarlo. Después de arrancarlo,
esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas.
Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, comenzará a desplumar sus plumas viejas.

Después de cinco meses, sale para el famoso vuelo de renovación y para vivir 30 años más ...

En nuestra vida, muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación.

Para continuar un vuelo de victoria, debemos desprendernos de
hechos, costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causaron dolor.

Solamente libres del peso del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación trae.
Es necesario cambiar los paragdimas de nuestro sistema educativo y abrirnos al nuevo siatema educativo Venezolano.

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